Como el guión de una película de amor de la noveau vague, .esperaremos a septiembre para la huelga general. Los sindicatos asumen que para que triunfe se necesita tiempo. Y tiempo, especialmente tiempo, es lo que tienen más de cuatro millones de españoles que pasan dilatadamente sus “lunes al sol” desde hace meses manteniendo un tórrido romance con el mostrador de las oficinas de empleo.
Las huelgas generales se hacen para ganarlas, claro que si, pero no se pierden el día que se para (o no) el país.
Se pierden cuando, durante años, se mina el sindicalismo de clase con políticas pactistas, clientelares de un gobierno con el que cientos de sindicalistas (de uno y otro sindicato) comparten carnet.
Se pierden cuando se asume que el sindicato es un “agente social” que tiene una especie de “compromiso histórico” con el gobierno y con el pais, al igual que Enrico Berlinguer dijo que el PCI lo tenía con la Democracia Cristiana para el bien de Italia. Falló Enrico y también fallará CCOO en esta empresa.
Durante años a muchos delegados sindicales y miembros de comités de empresa nos ha costado un Potosí defender a nuestro sindicato ante los trabajadores y en nuestros centros de trabajo. Quizás nosotros, los que defendemos un sindicato socio-político y no de servicios, los que hemos sobrevivido a las purgas internas del señor Gutiérrez (ahora diputado del PSOE) y del señor Fidalgo, (plausible candidato de UpyD a la alcaldía de Madrid), si nos conmueva una suerte de “compromiso histórico” con los orígenes e historia de nuestro sindicato. Pero todo tiene un límite.........
Tenemos varios meses para explicar, asamblea a asamblea, centro de trabajo a centro de trabajo no solo los motivos de la huelga sino, desgraciadamente, que es y para que sirve una huelga general ante una clase obrera unidimensionalizada, perdida en la cultura del “salvese quien pueda” y el “individualismo proletario”.
Nuestro sindicato nos lo ha puesto difícil, nos esperan en las asambleas caras de enfado, amarguras por situaciones personales angustiosas, mentes teledirigidas por el discurso teacheriano de “sindicatos corruptos y que viven de mis impuestos” que tan bien le fue a la dama de hierro ya que en un lustro se cargó cualquier regulación bidireccional patronal-sindicatos en las relaciones laborales inglesas.
Tiempos aciagos para la “fraternidad por el que no conozco” que decía Pablo Neruda. Tiempos aciagos para permitirnos esperar al amor en septiembre. A ver si de tanto esperar se nos va con otro.................
Las huelgas generales se hacen para ganarlas, claro que si, pero no se pierden el día que se para (o no) el país.
Se pierden cuando, durante años, se mina el sindicalismo de clase con políticas pactistas, clientelares de un gobierno con el que cientos de sindicalistas (de uno y otro sindicato) comparten carnet.
Se pierden cuando se asume que el sindicato es un “agente social” que tiene una especie de “compromiso histórico” con el gobierno y con el pais, al igual que Enrico Berlinguer dijo que el PCI lo tenía con la Democracia Cristiana para el bien de Italia. Falló Enrico y también fallará CCOO en esta empresa.
Durante años a muchos delegados sindicales y miembros de comités de empresa nos ha costado un Potosí defender a nuestro sindicato ante los trabajadores y en nuestros centros de trabajo. Quizás nosotros, los que defendemos un sindicato socio-político y no de servicios, los que hemos sobrevivido a las purgas internas del señor Gutiérrez (ahora diputado del PSOE) y del señor Fidalgo, (plausible candidato de UpyD a la alcaldía de Madrid), si nos conmueva una suerte de “compromiso histórico” con los orígenes e historia de nuestro sindicato. Pero todo tiene un límite.........
Tenemos varios meses para explicar, asamblea a asamblea, centro de trabajo a centro de trabajo no solo los motivos de la huelga sino, desgraciadamente, que es y para que sirve una huelga general ante una clase obrera unidimensionalizada, perdida en la cultura del “salvese quien pueda” y el “individualismo proletario”.
Nuestro sindicato nos lo ha puesto difícil, nos esperan en las asambleas caras de enfado, amarguras por situaciones personales angustiosas, mentes teledirigidas por el discurso teacheriano de “sindicatos corruptos y que viven de mis impuestos” que tan bien le fue a la dama de hierro ya que en un lustro se cargó cualquier regulación bidireccional patronal-sindicatos en las relaciones laborales inglesas.
Tiempos aciagos para la “fraternidad por el que no conozco” que decía Pablo Neruda. Tiempos aciagos para permitirnos esperar al amor en septiembre. A ver si de tanto esperar se nos va con otro.................
Rubén Pérez
Coordinador local de EU en Vigo, miembro del comité federal del Partido Comunista de España
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